El poder del pensamiento

 Ayer vi, emocionada las imágenes donde Rubén Limardo ganaba la medalla de oro en Esgrima, en las olimpíadas de Londres 2012, comparto la alegría de él, de su familia y por supuesto de mi país...Venezuela.

Pero al margen de su triunfo deportivo, en sus palabras de agradecimiento siempre estuvo presente su madre, quien desafortunadamente falleció pero a quien agradeció de una manera sorprendente para mi el haberlo enseñado a "controlar sus pensamientos" y haberle dado el ejemplo de luchar por lo que uno desea, al igual que la mía.

Desde que escuché esas palabras no he parado de darle vuelta a la importancia que tiene enseñar a nuestros hijos a "controlar sus pensamientos", educarlos bajo esta premisa, desechar los pensamientos negativos y concentrarnos en los positivos, es toda una formación en la que hay que ser disciplinados.

El pasado diciembre tuve la oportunidad de conversar con miembros de mi familia sobre esto y pensando que por "Sus frutos los conoceréis" aquellos que viven de acuerdo a esta filosofía de vida, llevan una vida próspera y feliz, me doy cuenta que no basta con que lo hagamos a veces sino en ser perseverantes y perfeccionarlo, pero mejor aún es necesario transmitirle la importancia de esto a quienes vienen detrás de nosotros.

Todo aquello que alguna vez he visualizado positivo o negativo lo he visto materializarse, todos hemos escuchado del poder del pensamiento, algunos le hemos dado importancia aunque quizás no nos hemos aplicado lo suficiente, otros en cambio lo han rechazado por considerar que es un pensamiento ingenuo de la "New age", yo solo puedo hablar por mi, cada vez que he visualizado, creído y sentido apasionadamente algo, esto se ha materializado.

Mi principal labor en esta vida es ser feliz y me hace feliz la creencia absoluta que mis hijos tendrán una vida feliz y próspera, por lo que después de escuchar estas palabras en la boca de un medallista olímpico no me queda otra que empezar a trazarme un plan de acción  más para ayudar a mis niños a desarrollarse.

Milagros.